"(...) Tú sabes, lo sabes por lo que ya leías entonces o por lo que escribías, que escribir, y leer, y recordar lo escrito, e incluso tacharlo, o recordar lo leído, e incluso tacharlo, era una hermosa aventura, acaso la mejor que se puede hacer en la vida y en el mundo, pero mucho antes que escribir o leer está viajar." Al poco de comenzar Muchas veces me pediste que te contara esos años leo estas palabras. Pertenecen a Juan Cruz, escritor, periodista y, por lo que siempre transmite por radio, televisión o prensa (ya que no tengo el placer de conocerlo), excelente persona. También es el dueño de una voz única e inconfundible, y, además, con acento canario. Siempre ha relacionado el mundo real con el poético o literario, desde que publicó su primer libro, Crónica de la nada hecha pedazos, hasta los últimos: Retrato de un hombre desnudo, Ojalá octubre y el que aquí se presenta.
Los periódicos no son tanto su cabecera o el posicionamiento ideológico que adoptan, cuanto las personas que los hacen posibles a diario. Juan Cruz es un periodista total, desde los trece años, y cuando se fundó El País en 1976 formó parte como redactor del equipo inicial, barco en el que continúa enrolado con un entusiasmo que manifiesta cada vez que se le presenta la ocasión. Aunque El País se ha ido adentrando por algunos caminos retorcidos para desencanto de los lectores, abrirlo y localizar la firma de Juan Cruz siempre es una alegría reencontrada que jamás pierde su fuerza.
Ahora cuenta, desde las páginas más perdurables de un libro, la historia de esos años en que de verdad empezó todo: un tiempo nuevo, un periódico nuevo también, febriles esperanzas, aperturas ilusionantes... Será mi compañía en la mesilla de noche, un espejo al que asomarse quienes deseamos ser asimismo periodistas.
Invenire
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