lunes, 22 de septiembre de 2008

El Minotauro ante el espejo

ACADEMIA PUNTO DE LECTURA La reedición de Adacemia Europa, de Luis Leante, llegó a las librerías el pasado miércoles. Dos días después, ya había terminado el libro, que puede leerse de una sentada. Si he tardado en escribir unas impresiones sobre esta nouvelle, y no tanto novela, ha sido para dar tiempo a que otro buscador que sé que se encuentra aún inmerso en sus páginas no vea interferida su lectura por estas notas que hoy publico. De todas formas, le voy a dejar a él el testigo de ahondar más en el análisis crítico de esta obra, en caso de que le apetezca. Yo me voy a limitar a apuntar unas pocas ideas.luisleante

Cada nuevo título de Leante hace acrecienta mi aprecio literario por este autor de estilo limpio, sencillo, pero que se atreve a adentrarse en territorios desafiantes. Aunque mi descubrimiento de la bibliografía de Luis Leante se va haciendo hacia atrás, en una cronología inversa, puesto que fue a raíz de ganar el X Premio Alfaguar con Mira si yo te querré que descubrí El vuelo de las termitas y Academia Europa, con el “regreso al presente” que supuso Rebelión en Nueva Granada, los valores artísticos que he encontrado en este novelista nacido en Caravaca de la Cruz (Murcia) me parecen la consecución de un éxito obtenido tras una vida dedicada a la literatura. Las influencias de los autores grecolatinos de la Antigüedad Clásica y de los literatos de América Latina que surgieron en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo encuentran una simbiosis armoniosa y asombrosa en las páginas de Leante (apellido de una resonancia poética envidiable, por cierto; de procedencia italiana, como no podía ser de otra forma).

Academia Europa En esta ocasión, el breve relato, de centenar y medio de páginas con letra de cuerpo normal, lo he percibido como un divertimento del propio escritor. Quizá me equivoque, pero se intuye en la narración de Academia Europa una importante base autobiográfica. Es decir, no sostengo que lo que se cuenta sean vivencias personales de Leante, sino que hubo en el pasado del escritor una experiencia que dejó en su sensibilidad de artista una semilla a partir de la que creó esta historia. En ella, el mitos de la caverna, procedente de la filosofía dialógica de Platón, y el de Teseo y el laberinto del Minotauro en Creta, constituyen un motivo recurrente a lo largo del texto. Otros nombres, como Minos, Ariadna, Egle y Pasífae, proceden de igual manera de la mitología griega, cuya presencia en la nouvelle enlazan con las obsesiones del autor, licenciado en Filología Clásica, y encuentran su lugar en la vida ficticia de un joven universitario que vive una serie de acontecimientos gracias a que Leante vivió otros en su juventud de estudiante y que, cuando escribió este libro, le permitieron imaginar un relato sorprendente y fabuloso que no gozará del favor de lectores incrédulos.

Recomiendo leer este libro a quienes les apetezca pasar una tarde entretenida dentro de los pasillos laberínticos de una ruinosa academia de clases de repaso, que quienes somos de Murcia intuimos que está ubicada en la capital de la Región por esas menciones a la facultad de Derecho, la glorieta y el puente viejo que aparecen cuando el protagonista da un paseo por la ciudad.

Invenire

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