La portada del diario El Mundo de ayer me ocasionó un profundo desagrado. Ya antes de ayer leí el editorial que este periódico publicaba en relación a la noticia de que el juez Baltasar Garzón ha dictado una providencia para conocer la identidad de los cientos de miles de desaparecidos en España a raíz de la Guerra Civil y el franquismo. Lo cierto es que me chocó lo furibundo del texto de opinión. La portada de ayer me provocó profundo rechazo, desde la concepción que tengo del periodismo, por la imagen y el pie de foto que de ésta que aparecen en primera página. Éstas son las palabras, a mi juicio insidiosas, que se encuentran bajo la fotografía:
"Los nuevos ‘intocables’. Adoptando una pose de determinación propia de los personajes de la película que retrata la lucha de Eliot Ness y sus agentes contra el crimen organizado, la fiscal Delgado y los jueces Garzón, Andreu y Pedraz cruzaron ayer la calle Génova después de celebrar una junta para pedir al Poder Judicial que se pronuncie contra el editorial de EL MUNDO sobre la causa general abierta por Garzón para perseguir crímenes franquistas."
Desde mi punto de vista, un diario riguroso no daría espacio a semejante desfachatez. ¿Qué ha sido de la información? El periodismo interpretativo, el que se dice que está en vanguardia, no es esto. El Mundo juega aquí a la autodefensa mediante la fabricación de impresiones que saca de una chistera, al establecer (con una pirueta zafia) una analogía entre Garzón y otros jueces que le acompañan en la fotografía y los personajes de una película. Señores: esto, en mi tierra, se llama amarillismo. Cada vez me cuesta más desembolsar un euro y pico para comprar este periódico.
Invenire
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