Javier Marías, escritor español universal donde los haya y, con permiso de Miguel Delibes y de Juan Marsé, nuestro literato vivo de mayor talla, publicará en septiembre de este año uno de esos libros que deberían detener el curso normal de nuestras vidas para que los pudiésemos leer y apreciar con toda la entrega que merecen por nuestra parte. Me refiero a Tu rostro mañana. Veneno, sombra y adiós (título no del todo seguro hasta que podamos comprar la novela en las librerías). Es el volumen final de una trilogía que Marías empezó a publicar en 2002: Tu rostro mañana. Fiebre y lanza y Tu rostro mañana. Baile y sueño. En las páginas de estas tres obras nuestra lengua española se revela en todos sus prodigiosos registros. Los atónitos lectores somos conscientes de que se nos ha revelado la verdadera naturaleza del arte. Casi nada de lo que se escribe en español, hoy día, puede compararse a la literatura de Marías.
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Ya dije que este autor escribió mi libro preferido, Mañana en la batalla piensa en mí. Además de Corazón tan blanco, un Everest de la literatura española del siglo XX e, incluso, de la literatura mundial. Ojalá algún día los lectores españoles de Javier Marías se cuenten por millones. Ojalá reciba, como merece, el Premio Nobel de Literatura. Nuestro país, y el mundo también, serán entonces un poco más justos.
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Ya dije que este autor escribió mi libro preferido, Mañana en la batalla piensa en mí. Además de Corazón tan blanco, un Everest de la literatura española del siglo XX e, incluso, de la literatura mundial. Ojalá algún día los lectores españoles de Javier Marías se cuenten por millones. Ojalá reciba, como merece, el Premio Nobel de Literatura. Nuestro país, y el mundo también, serán entonces un poco más justos.
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