A veces. A veces creo que escribir no sirve para nada. No sirve ni siquiera para aprender tu nombre, que es claro y fresco. Y a veces también un poco amargo. Me gusta tu nombre, es fresco, es como el mar. Y cuando estoy triste, me moja…
Me gusta tu nombre, cuando lo escucho me gusta estar vivo y quisiera quedarme aquí siempre, donde te ví por primera vez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario