Se que la figura de las suegras esta muy dañada, y seguramente a mucha gente no le faltan motivos para ver a sus suegras con cuernos y rabo, pero yo hoy quiero poner un granito de arena en el otro extremo de la balanza. No se muy bien cuanto será el tanto por ciento de suegras buenas que abra, según mis amigos no soy bueno con los porcentajes así que mejor lo dejamos sin número, el caso es, que yo debo de tener una de esas pocas suegras buenas, buenas, buenas.
Aunque no tengo una relación demasiado estrecha con ella, puedo intuir a trabes de sus estudiados acercamientos hacia mi que es una de esas personas con las que no te puedes llevar mal, me abrió las puertas de su casa de par en par, me ofreció un lugar en su mesa en innumerables ocasiones, me escaneo lo justo y muy educadamente, después de un tiempo de conocimiento mutuo puedo decir muy gustosamente que creo que tengo ganado su corazoncito como ella lo tiene el mío. Me llena de satisfacción el sentir en ocasiones que me acepta de una manera natural y dulce. Al mismo tiempo me quedo prendado de las féminas que pueblan la casa de mi pareja, mujeres inteligentes y suspicaces. Si no fuera por la tensión con la que a veces entro en aquella cocina repleta de feminidad bulliciosa disfrutaría mucho más de tan hipnotizador espectáculo.
Ante la indirecta invitación de mi suegra para el día del padre, solo puedo esbozar una sonrisa de cariño, casi al mismo tiempo que lamento no ir por una declinación propia, basada en limitaciones y barreras que nos ponemos nosotros mismos, aún así sigo agradeciéndole su discreta e incondicional lucha por intentar normalizar mi presencia entre los suyos.
De todo corazón para mi suegra.
DARDO.
lunes, 12 de marzo de 2007
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2 comentarios:
La verdad es que, como dices amigo dardo, es bonito intuir que a una suegra le caes bien. Yo también deseo ansioso el poder establecer una relación de yerno-suegra satisfactoria para ambas partes, aunque yo también me ponga límites debido al armario (no el mio, sino de otros...).
Santikos
Iba a contestar a Santikos por alusiones. Pero, en vez de eso, voy a retarlo. Dice en su comentario que cierto "armario" se interpone entre él y una "relación de yerno-suegra satisfactoria". Bien. Los armarios, y más desde que llegó Ikea, se desmontan con una facilidad y rapidez sorprendentes. Así que el susodicho "armario" de marras no tiene por qué ser un gran problema. Invito a Santikos formalmente, el próximo día 19, a una paella en casa de mi abuela hecha a la lumbre con los maderos de ese "armario", je, je. Para que así pueda comenzar esa deseada amistad con su correspondiente suegra, mi correspondiente madre, y mis también correspondientes abuelos, tíos y primos. Espero respuesta. Un gran beso de ánimo, tu
Invenire
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