El viernes por la tarde anuncié a dos Buscadores, Cardiux y Dardo, que quería escribir esta anotación. Mis intenciones, les dije, son sacar a la luz graves maltratos al lenguaje que los actores políticos y su maquinaria de propaganda protagonizan. Uno de los ejemplos que más me ha escandalizado, continué, es un cartel del Partido Socialista de Alcantarilla, situado en una de las carreteras de salida del pueblo. En este cartel leemos una pretendida enunciación de pronombres personales, y vemos que "tú" y "él" no están tildados, y a ellos los sigue un "todos" cuya última vocal es una "@" (símbolo de la demagogia idiomática por excelencia, pues no consigue ser la solución ideal de la supuesta naturaleza sexista de la lengua española). Creo que Cardiux no comprendió mis razones últimas, pues me parece que pensaba que mi crítica sólo se limitaba a quedarse en un nivel de corrección ortográfica. Y no es, ni mucho menos, únicamente eso.
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Hoy he entrado en el web de Nuevas Generaciones del Partido Popular, y de allí he sacado la imagen que vemos abajo.
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Hoy he entrado en el web de Nuevas Generaciones del Partido Popular, y de allí he sacado la imagen que vemos abajo.
Si leemos el texto que corresponde a la sección "Presidente Rajoy" de dicho web, identificamos errores de bulto en la utilización del lenguaje. Por señalar algunos, ese verbo "está cometiendo" que, por un lado, está conjugado en singular cuando su sujeto es plural ("Zapatero y el PSOE"), y, por otro, ninguno de los significados que le atribuye el Diccionario de la RAE permite que en las líneas de arriba se lo asocie con el sentido de "realizar" "la pésima gestión", asociación intencionada enderezada a producir una muy determinada impresión; también, el uso del leísmo cuando se escribe mal lo que deberíamos leer así: "los problemas reales que preocupan a la sociedad"; el uso del nexo "y" para unir "la sociedad" y "los jóvenes", excluyéndonos a los jóvenes de la sociedad, pues leído así sólo los podemos entender como dos ámbitos separados que necesitan de ese "y" para quedar ligados (yo --y cualquiera con nociones elementales de gramática-- habría puesto: "los problemas reales que preocupan a la sociedad, a los jóvenes"); usar, a continuación, el punto y coma en lugar de los dos puntos previos a una enumeración; además de la mala puntuación con las comas y puntos; la pobreza léxica, como cuando redunda "acercar" con "cercana" en la misma oración, etcétera. En fin.
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Repito que todo esto (que hallo tan indignante, estúpido y zafio), no se reduce sólo a la protesta de un tipo rompe-huevos en asuntos de ortografía. Porque lo que delata esta forma de traicionar y malear el lenguaje (a parte de una severa ignorancia que, supuestamente, no se corresponde con potenciales representantes institucionales de los ciudadanos) es pretensiones escondidas hacia los votantes --qué le vamos a hacer, llevamos en precampaña prácticamente desde inmediatamente después de las últimas elecciones--. Y esas pretensiones revelan una desconsideración insultante hacia el votante, al que infravaloran en alto grado utilizando una demagogia semejante a esta que incluyo en mi anotación. Demagogia, por otro lado, que no representa ni la ínfima parte de la que tenemos que soportar "día a día", como dicen los de Nuevas Generaciones. Se nos niega, de esta manera, la posesión de una cierta altura de miras. Nos presumen, a los votantes, tontos. Por ahí no debemos ni podemos pasar.
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Lo que la utilización impropia del lenguaje por la propaganda política nos dice es que se estima en muy poco las capacidades de los votantes para ver el juego plagado de trampas que se llevan con nosotros. Y no. Se nos escaparán algunas cosas, pero han bajado tanto el listón que las más irritantemente obvias parecen de chiste, y lo penoso es que son de verdad. Un gran peligro que es eterno, y en España (parece mentira que lo aprendamos y olvidemos a renglón seguido) deberíamos saberlo a pies juntillas, es que la estupidez y el fanatismo hacen mala mezcla. La estupidez nos la sirven, la mayoría de las veces, en bandeja, y encima encuentra terreno fértil. Y el fanatismo lo segregamos a borbotones, cuando no estamos decididos a ser exigentes y autoexigentes. Redundando, a apostar decididamente por una conciencia crítica, a irla ganando y a pelearla. Nos quedamos en fanáticos cuando bebemos lo que nos dicen tal y como nos lo dicen, sin dejar margen a la duda (un margen, redundando otra vez, decisivo); cuando no estamos empeñados en la sana y testaruda costumbre de elaborar nuestras propias observaciones desde múltiples fuentes, con desconfianza por lo manufacturado, por todo aquello que tiene tufillo a rancio o a simplismo. Por mi parte, procuro relativizar el altruismo babeante de los políticos en tiempos de precampaña, y, como un plus, ser más crítico y exigente con aquellos a los que iría a votar. El PSOE de Alcantarilla, por ejemplo, cuyo cartel pienso que es idiota e insultante. La esperanza que me puede proporcionar el que gane las próximas eleciones y desaloje a los actuales e intolerantes dirigentes del Ayuntamiento de mi pueblo se vuelve más escéptica con su electoralismo de parvulario.
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Querido Cardiux, no sé si habrás tenido la paciencia de leerme hasta aquí. Todo esto es lo que quería decir la tarde del viernes al haceros un adelanto de este post que iba a escribir. Para mí es muy importante preservar y cuidar el lenguaje, no por el único motivo estético de hablar y escribir correctamente. La razón va más allá. El lenguaje es la herramienta más importante de las personas, y la forma de comunicarnos unos con otros deja patente la consideración que nos tenemos. En este sentido, los políticos "cometen" (ahora sí) la peor desconsideración hacia los ciudadanos si su lenguaje es demagógico o, aún más fatal, si someten al lenguaje de forma torticera a sus interesados objetivos, convirtiéndolo en esclavo de falsedades, lugares comunes, elementalidades, excesos, oportunismos, vacuidades y una constante procacidad. Si el lenguaje es vehículo para envenenar, que es lo que en España está ocurriendo, lamentablemente.
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Termino ya, pacientes lectores Buscadores y no Buscadores. Creo, querido Cardiux, que buena parte de lo que he escrito es razonable. De todas maneras, espero que podamos hablarlo si lees esta anotación. Una última cosa que quería decirte es que mantengo mi convicción de que el ex Presidente Aznar debería ser juzgado, junto con unos cuantos de dentro y fuera de España, por un Tribunal Internacional por crímenes de guerra. Asimismo, te aseguro que esta convicción mía se completa con la denuncia contra la bochornosa y contemporizadora política de abandono del Presidente Zapatero hacia el pueblo saharaui, que está pagando caro la estrategia de apaciguamiento de Marruecos que realiza el Ejecutivo socialista. Como ves, podría seguir largo y tendido. Pero lo importante ya lo dije: es realmente imprescindible que tratemos de abrir el horizonte de pensamiento cuanto podamos, mantener la alerta y reservar para los demás el mejor lenguaje que querríamos para nosotros.
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Repito que todo esto (que hallo tan indignante, estúpido y zafio), no se reduce sólo a la protesta de un tipo rompe-huevos en asuntos de ortografía. Porque lo que delata esta forma de traicionar y malear el lenguaje (a parte de una severa ignorancia que, supuestamente, no se corresponde con potenciales representantes institucionales de los ciudadanos) es pretensiones escondidas hacia los votantes --qué le vamos a hacer, llevamos en precampaña prácticamente desde inmediatamente después de las últimas elecciones--. Y esas pretensiones revelan una desconsideración insultante hacia el votante, al que infravaloran en alto grado utilizando una demagogia semejante a esta que incluyo en mi anotación. Demagogia, por otro lado, que no representa ni la ínfima parte de la que tenemos que soportar "día a día", como dicen los de Nuevas Generaciones. Se nos niega, de esta manera, la posesión de una cierta altura de miras. Nos presumen, a los votantes, tontos. Por ahí no debemos ni podemos pasar.
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Lo que la utilización impropia del lenguaje por la propaganda política nos dice es que se estima en muy poco las capacidades de los votantes para ver el juego plagado de trampas que se llevan con nosotros. Y no. Se nos escaparán algunas cosas, pero han bajado tanto el listón que las más irritantemente obvias parecen de chiste, y lo penoso es que son de verdad. Un gran peligro que es eterno, y en España (parece mentira que lo aprendamos y olvidemos a renglón seguido) deberíamos saberlo a pies juntillas, es que la estupidez y el fanatismo hacen mala mezcla. La estupidez nos la sirven, la mayoría de las veces, en bandeja, y encima encuentra terreno fértil. Y el fanatismo lo segregamos a borbotones, cuando no estamos decididos a ser exigentes y autoexigentes. Redundando, a apostar decididamente por una conciencia crítica, a irla ganando y a pelearla. Nos quedamos en fanáticos cuando bebemos lo que nos dicen tal y como nos lo dicen, sin dejar margen a la duda (un margen, redundando otra vez, decisivo); cuando no estamos empeñados en la sana y testaruda costumbre de elaborar nuestras propias observaciones desde múltiples fuentes, con desconfianza por lo manufacturado, por todo aquello que tiene tufillo a rancio o a simplismo. Por mi parte, procuro relativizar el altruismo babeante de los políticos en tiempos de precampaña, y, como un plus, ser más crítico y exigente con aquellos a los que iría a votar. El PSOE de Alcantarilla, por ejemplo, cuyo cartel pienso que es idiota e insultante. La esperanza que me puede proporcionar el que gane las próximas eleciones y desaloje a los actuales e intolerantes dirigentes del Ayuntamiento de mi pueblo se vuelve más escéptica con su electoralismo de parvulario.
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Querido Cardiux, no sé si habrás tenido la paciencia de leerme hasta aquí. Todo esto es lo que quería decir la tarde del viernes al haceros un adelanto de este post que iba a escribir. Para mí es muy importante preservar y cuidar el lenguaje, no por el único motivo estético de hablar y escribir correctamente. La razón va más allá. El lenguaje es la herramienta más importante de las personas, y la forma de comunicarnos unos con otros deja patente la consideración que nos tenemos. En este sentido, los políticos "cometen" (ahora sí) la peor desconsideración hacia los ciudadanos si su lenguaje es demagógico o, aún más fatal, si someten al lenguaje de forma torticera a sus interesados objetivos, convirtiéndolo en esclavo de falsedades, lugares comunes, elementalidades, excesos, oportunismos, vacuidades y una constante procacidad. Si el lenguaje es vehículo para envenenar, que es lo que en España está ocurriendo, lamentablemente.
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Termino ya, pacientes lectores Buscadores y no Buscadores. Creo, querido Cardiux, que buena parte de lo que he escrito es razonable. De todas maneras, espero que podamos hablarlo si lees esta anotación. Una última cosa que quería decirte es que mantengo mi convicción de que el ex Presidente Aznar debería ser juzgado, junto con unos cuantos de dentro y fuera de España, por un Tribunal Internacional por crímenes de guerra. Asimismo, te aseguro que esta convicción mía se completa con la denuncia contra la bochornosa y contemporizadora política de abandono del Presidente Zapatero hacia el pueblo saharaui, que está pagando caro la estrategia de apaciguamiento de Marruecos que realiza el Ejecutivo socialista. Como ves, podría seguir largo y tendido. Pero lo importante ya lo dije: es realmente imprescindible que tratemos de abrir el horizonte de pensamiento cuanto podamos, mantener la alerta y reservar para los demás el mejor lenguaje que querríamos para nosotros.
Invenire
3 comentarios:
Apoyo la moción.
Apoyo la moción.
Querido invenire, entendi en todo momento tu precampaña de este articulo el otro dia, me parece muy bien que defiendas a capa y espada nuestra mater lengua, si bien como te he dicho varias veces, no creo que consigamos nada ya que te guste mas o te guste menos, esta España nuestra que la nombras varias veces en tu articulo, lamentablemente en vez de estar en el siglo XXI, se encuentra todabia en el tiempo de la pandereta y la juerga y es que querido amigo los romanos que eran mas sabios que nosotros ya lo decian, al pueblo pan y circo y sin irnos tan lejos historicamente hablemos de nuestra vecina Francia y unos siglos atras cuando un celebre personaje de la epoca lo definio muy bien, todo para el pueblo pero sin el pueblo.
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