Dentro de las muchas anécdotas de este festival, que pasara a la historia por muchos factores, ya que se batieron muchos record, entre ellos los de participación de países, pero sin duda el ganador de este año es el que mas tiene, en todas las quinielas de la UER se le daba como ganador, sin duda lo que mas esta dando de hablar no es en si la canción, que nadie le discute su calidad, si no la puesta en escena que hasta el martes no se sabia como seria, esta siendo lo mas sencilla del mundo, nos dejo a todos boquiabiertos en la semifinal, demostrándose una vez mas en el festival que lo Friki pocas veces vende, retomando la puesta en escena, nos encontramos a nuestro campeón, a su vez con el campeón nacional de su país de patinaje artístico, y para rematar el cuadro a uno de los mejores violinistas de su país (cuando no el mejor), tocando uno de los escasos violines Stradivarius que se conservan en el mundo, mas de doscientos años de música, acompañando a una voz que trasmite y llega al publico.
Pero porque se ha movido tanto revuelo por un violín, y en concreto ¿que tiene ese de especial este violín?. Para eso lo mejor es que hablemos un poco de su creador.
Stradivarius no varió el diseño básico de la familia Amati, donde estuvo como aprendiz, pero experimentó con las dimensiones. En 1700 volvió sobre la longitud establecida de sólo 35.5 cm, con el ancho reducido a 20.3 cm. Stradivarius tenía una habilidad intuitiva para calibrar el tono de un instrumento mientras lo construía y de ir haciéndole sutiles ajustes. La madera de un buen violín necesita ser dura para darle poder al instrumento, pero también debe poseer un alto grado de humedad y una sutil capa de barniz para suavizar y mejorar el tono. Demasiada humedad disminuye la potencia del instrumento; muy poca, lo hace ruidoso y hasta chillón.
La mezcla y el color del barniz de los violines Stradivarius varía. Los primeros instrumentos son color amarillo oro, los últimos poseen un característico rojo naranja. Se dice que él escribió la fórmula en la Biblia familiar, la cual nunca fue encontrada.
Stradivarius hizo cuatro violines hermosamente tallados y taraceados para la orquesta de la corte del rey Amadeus II de Cerdeña; tres llegaron a manos de Felipe V de España.
Entre sus más famosos violines, el Hellier, el Betts, el Viotti, el Mendelssohn y el Huberman, denominados así en honor de sus propietarios, han pasado a otras manos a cambio de enormes sumas. En 1990 el violín Mendelssohn fue vendido en 1.7 millones de dólares, precio récord para un instrumento musical.
El más famoso de todos, el Messiah o Messie, se encuentra en el Museo Ashmolean, de Oxford, y no está a la venta. Stradivarius conocía la suprema cualidad de este violín, por lo que no se separó nunca de él. Su hijo Paolo lo vendió en 1775.
Los científicos acústicos trabajan para descubrir el secreto de Stradivarius. Al final, tal vez descubran que el impacto psicológico que se experimenta al tocar un Stradivarius hace a los grandes violinistas aún más grandes por el hecho de tocar ese instrumento.