domingo, 23 de noviembre de 2008

Para subsanar las flaquezas de memoria

La otra noche, Dardo y yo intentamos recordar una melodía que se nos había grabado en la mente cuando éramos pequeños, mientras Seki tarareaba un montón de canciones distintas a la que pretendíamos rescatar de las entretinieblas de los recuerdos infantiles. Así, Seki nos confundía más, y finalmente Dardo y yo nos dimos por vencidos.

En YouTube la he encontrado.

Flaca está la memoria, cuando sólo recurriendo a Internet he podido recuperar un minúsculo pero estimulante fragmento de (mi) pasado…

Invenire

jueves, 20 de noviembre de 2008

Milagro en las Cortes

zaplana1

¡Ja me mateeen! ¡El Gran Wyoming tiene razón! Sor Maravillas, a la que el PP y José Bono quisieron poner una placa conmemorativa en el Congreso de los Diputados, y que, además (toma moreno), tiene raíces cehegineras (vid. La Verdad de hoy, pág. 36,), se trae un inquietaaantee –jorl– parecido con el ex diputado popular Eduardo Zaplana. Que baje Condemorl y lo vea, si no. Digo.

Invenire

martes, 18 de noviembre de 2008

El largo camino a la biblioteca

imagen_envia.jsp

Fue hace más de doce años. Era una tarde gris, con un cielo plomizo, y recuerdo que la avenida Juan Carlos I de Murcia me pareció inabarcable. Mi tío Vicente se había ofrecido a llevarme en su choche a la Biblioteca Regional, de la que ninguno de los dos sabíamos muy bien dónde estaba situada. La biblioteca de mi pueblo se me había quedado pequeña por entonces, cuando había empezado a leer a Charles Dickens y no conseguía encontrar más novelas suyas en Alcantarilla. Una amiga bibliotecaria me aconsejó que los buscase en la regional, y pedí a mi tío el favor de que me acompañase. En esa época creía que Murcia era una ciudad enorme. Como habíamos ido por la autovía, el itinerario hasta la Biblioteca Regional por la ciudad no lo descubrí hasta semanas después. Esa tarde quería hacerme el carnet de lector, y la primera vez que estuve dentro me pareció como esos grandes recintos para los libros que salen en las películas inglesas y norteamericanas. Luego mis percepciones se han corregido, y los espacios se ha revelado en su verdadera dimensión. Aunque la primera vez, ya digo, con mis ojos preñados de ingenuidad lo encontré todo más desmesurado y fascinante.

Hace unos días tuve que volver a hacerme el carnet, que había perdido con el resto de tarjetas y documentos cuando me dejé la billetera sobre el mostrador de una tienda y nunca más supe de todo eso. Para volver a tenerlo, sólo tuve que esperar un par de minutos. De forma casi instantánea imprimieron un carnet nuevo con mi nombre. Pero, para poder disfrutar de mi primera tarjeta de lector de la Biblioteca Regional, recuerdo que tuve que llevar dos fotos, rellenar un formulario y esperarme dos semanas.

Después, cuando comencé a ir para sacar los libros de Dickens que no tenían en las librerías ni en la biblioteca de mi pueblo, iba a Murcia en el autobús número 33, que a los pasajeros de Alcantarilla nos dejaba entonces en el jardín de Floridablanca. Desde allí a las estanterías de la Biblioteca Regional tardaba media hora andando para ir, y otra media hora para volver a coger el autobús. Ahora todo eso es distinto, empezando por que ya no leo tanto a Dickens y que en las librerías se puede encontrar casi cualquier cosa, el número de autobús es el 44 y hay tranvía con una parada en la Biblioteca Regional. Sin embargo, ese recuerdo de niño de la tarde en que fui con mi tío Vicente a pedir un carnet que tardaría días en tener es uno de los más entrañables que guardo de mi historia de lector.

Invenire

lunes, 17 de noviembre de 2008

‘Mi vecino Totoro’

La tarde del domingo, al calor de un Martini rojo y unas infusiones con poéticos nombres en la lengua de Baudelaire, algunos miembros de Pandag tuvimos una pequeña tertulia acerca de películas de dibujos animados. La conversación surgió a raíz de comentar el cortometraje de animación que Aqueloo tiene enlazado en su propio blog, y que en sus dos minutos de duración consigue devolver al espectador al universo de la infancia. Yo no pude evitar poner sobre el tapete una vieja cinta de 1988, dirigida por el maestro japonés de la animación clásica Hayao Miyazaki –un tipo a la altura de Ford, Houston o Kurosawa, en mi opinión–, Mi vecino Totoro. Se trata de una película que, junto con otras del realizador nipón anteriores a La princesa Mononoke, ha sido bastante maltratada en España. La distribuidora Buena Vista tiene los derechos desde hace muchos años, y aún no hemos podido disfrutar de ella en DVD. Algún suertudo la compró, antes de quedar descatalogada, en VHS. Sé que en la Biblioteca Regional de Murcia está en ese formato. Para animaros a verla os diré que los hijos de quien fuera hace tiempo el presidente de Disney la vieron en versión original y, pese a que los críos del tío Walt no sabían ni papa del idioma nipón, la mágica fuerza de sus imágenes es tal que se convirtió en su película de dibujos favorita.

El tráiler que he colgado en este artículo está en inglés. No hay diálogos, pero sí unos títulos de crédito que os traduzco: “Una mudanza al campo… conducirá a dos niñas… a conocer maravillas y grandes sorpresas”, “Del ganador de un oscar, Hayao Miyazaki, director de La princesa Mononoke y El viaje de Chihiro.” “Afrontarán sus miedos, y abrirán sus corazones”.

Invenire

miércoles, 12 de noviembre de 2008

¡¡Yo no pienso ver la entrevista!!!


Hablo a titulo personal, ya que no se la opinión del resto de buscadores, pero por el % que me corresponde de buscadores me sumo y me hago eco de la campaña que se esta promoviendo a través de la red para no ver la esperpentica entrevista pagada al ex-alcalde de Marbella.


1. El día de la entrevista, simplemente apaga el televisor o cambia de cadena.


2. Difunde este mensaje en blogs, foros, amigos, gente del trabajo, familiares, gente de comunicación, etc.


3. Visita cualquiera de los grupos de facebook "Yo no veré la entrevista a Julián Muñoz" o "Boicoteo a Telecinco"


4. Si conoces a alguien que tenga un audímetro en casa, explícale que POR FAVOR no sintonice ese día Telecinco.
DARDO.

sábado, 8 de noviembre de 2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Canon Ixus



Estimados lectores de Buscadores, si habéis comprado en estos días o tenéis intención de comprar alguno de los modelos de cámaras de fotos digitales canon Ixus, enhorabuena acabáis de adquirir una cámara de fotos con fecha de caducidad, exactamente igual que un yogurt u otro producto alimentario, da igual el modelo que poseáis o penséis comprar no se libra ninguno de la modelos Ixus ya sea desde la primitiva 20 hasta la mas moderna 85, en el periodo máximo de algo mas de 3 años, el zoom se bloquea y ya no se puede hacer fotos porque el disparador tampoco va, en la pantalla se oirá cada vez que la enciendas un sonidito y parece en el margen inferior izquierdo el siguiente código E18, esto significa que tu cámara acaba de pasar a la historia, si decidís llevarla al servicio técnico seréis amablemente informados de que la reparación oscila ente los 185 y los 197 €, que en la mayoría de casos es el precio de una cámara nueva, y es lo mismo que se caiga al suelo, se moje o simplemente todo un tablao flamenco baile encima de la cámara, mas temprano o mas tarde recibiréis la visita de vuestro E18 dándonos la bienvenida al servicio de cómpreme una nueva de Canon. Este mismo problema lo tiene también los modelos powershot de la maravillosa firma canon, del cual yo fui fans y recomendador hasta hoy de sus productos. Si os dais una vuelta por la red veries la cantidad de foros que se encuentran fácilmente con el simpático E18.