Si tuviera que elegir mis tres historias de amor predilectas de la literatura de los últimos mil años, rompería el tópico (sin sentirlo mucho) de destacar Romeo y Julieta, de Shakespeare, porque creo que hay otras que la superan en muchos aspectos. Yo me decantaría, en primer lugar, por la historia que Alessandro Manzoni nos cuenta de Renzo y Lucía en Los novios; luego, mi segunda opción es La flecha de oro, de Joseph Conrad, que litigaría por este puesto en reñida competición con otra novela de este mismo autor que también me cautivó y me desarmó por completo, Victoria; finalmente, la tragicomedia de Calixto y Melibea de La Celestina, inmortalizada por Fernando de Rojas, sería la que cerraría ese podio de amores felices, fugaces y frustrados. Además de eternos, gracias al arte.
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Pero no me podría quedar ahí. Estos días he releído un librito que no tiene desperdicio, y que en su día intenté versionar para convertirlo en obra de teatro, acto fallido. Se trata de Le Diable amoureux, o El diablo enamorado, de Jacques Cazotte. Esta nouvelle, de corta extensión (apenas 200 páginas, y además ilustradas), está protagonizada por el joven capitán Álvaro de Maravillas, al mando de la guardia del rey de Nápoles, que es adentrado en los misterios de la cábala por un español mayor que él. A resultas de ello, en el camino de Álvaro se cruzará una preciosa criatura, llamada Biondetta, que no es sino la encarnación de Belcebú. Al principio, la bellísima nueva protagonista, incorporada como un ser al servicio de Álvaro después de que él la invocase con métodos ocultistas --a los que el señor del infierno responde con un críptico "Che voi?"--, se desvivirá por servir al capitán Maravillas. Mientras, éste se muestra distante y precavido con ella. Sin embargo, las peripecias de ambos por Venecia, París y Extremadura darán pie a su historia de amor, sobre todo tras una estremecedora escena en la que una cortesana que bebe los vientos por el intrépido españolito agrede gravemente a Biondetta. Una vez que Álvaro abre los ojos con respecto a ella, tras estar a las puertas de perderla, su entrega será completa. Entonces, Biondetta porfiará por conseguir que Álvaro se le entregue en alma y cuerpo, para lo que no cesará de tentarlo con mil y una argucias.
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Este cuento con toques románticos y góticos es de lo más recomendable. Quizá los siguientes en la lista de mis preferencias sobre literatura de amores inmortales sean Romeo y Julieta. Pero les preceden, sin dudarlo, Álvaro de Maravillas y su diabólica Biondetta.
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Pero no me podría quedar ahí. Estos días he releído un librito que no tiene desperdicio, y que en su día intenté versionar para convertirlo en obra de teatro, acto fallido. Se trata de Le Diable amoureux, o El diablo enamorado, de Jacques Cazotte. Esta nouvelle, de corta extensión (apenas 200 páginas, y además ilustradas), está protagonizada por el joven capitán Álvaro de Maravillas, al mando de la guardia del rey de Nápoles, que es adentrado en los misterios de la cábala por un español mayor que él. A resultas de ello, en el camino de Álvaro se cruzará una preciosa criatura, llamada Biondetta, que no es sino la encarnación de Belcebú. Al principio, la bellísima nueva protagonista, incorporada como un ser al servicio de Álvaro después de que él la invocase con métodos ocultistas --a los que el señor del infierno responde con un críptico "Che voi?"--, se desvivirá por servir al capitán Maravillas. Mientras, éste se muestra distante y precavido con ella. Sin embargo, las peripecias de ambos por Venecia, París y Extremadura darán pie a su historia de amor, sobre todo tras una estremecedora escena en la que una cortesana que bebe los vientos por el intrépido españolito agrede gravemente a Biondetta. Una vez que Álvaro abre los ojos con respecto a ella, tras estar a las puertas de perderla, su entrega será completa. Entonces, Biondetta porfiará por conseguir que Álvaro se le entregue en alma y cuerpo, para lo que no cesará de tentarlo con mil y una argucias.
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Este cuento con toques románticos y góticos es de lo más recomendable. Quizá los siguientes en la lista de mis preferencias sobre literatura de amores inmortales sean Romeo y Julieta. Pero les preceden, sin dudarlo, Álvaro de Maravillas y su diabólica Biondetta.
Invenire
1 comentario:
No he leído ninguno de los libros que mencionas, solo el de Romeo y Julieta. He de decir que este libro me encanto, aunque si hablamos de amor puro, no creo que este en los primeros puestos. Creo que tanto Romeo como Julieta idealizan el amor, mas aun Romeo, que de el tenemos antecedentes con su Rosalía. Pero a mi me encanto, quizás yo también hago un poco esto de idealizar el amor, convertirlo en mágico, algo que puede llegar a ser monótono.
Dardo.
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