lunes, 9 de junio de 2008

La tumba de San Pedro


En 1939 se comienzan en el Vaticano, por orden del Papa Pío XII, excavaciones extraordinarias. Los arqueólogos inician la búsqueda de la tumba del que fuera el primer discipulo de Jesús, el apóstol Pedro, sometido según la tradición a suplicio en el circo de Nerón en el año 67. La tradición, de que Pedro fue martirizado en Roma bajo el reinado de Nerón, es muy tardía. Es elaborada a partir del siglo III y retomada por textos hagiográficos ulteriores, como la Leyenda de Oro de Jaques de Voraigne, a mediados del siglo XIII. Ahí se cuenta que Pedro vivió 25 años en Roma. Fue detenido y condenado al martirio al mismo tiempo que Pablo, otro de los discipuloso de Jesús.

Pablo, ciudadano romano, es decapitado; Pedro es condenado como su maestro a ser crucificado. Es ejecutado cabeza abajo, ya que no se siente digno de ser martirizado en la misma posición que Cristo. El apóstol habría muerto entonces en el circo de Nerón que se encontraría en el lugar donde fue construida la Basílica de San Pedro.
Dirigidos por Monseñor Kaas, los trabajos encargados por Pío XII tienen por objetivo excavar las fundaciones de la Basílica en el sector llamado “confesión” de San Pedro, es decir, el lugar habilitado en el Renacimiento para que los fieles pudieran honrar al apóstol.

Las búsquedas arqueológicas deben entregar la prueba de que en el siglo IV el emperador Constantino eligió efectivamente edificar la primera Basílica en el sitio del martirio y de la sepultura de San Pedro.

No obstante, los resultados de las excavaciones revelan una cosa muy diferente. Bajo las fundaciones de la Basílica encontramos una inmensa necrópolis y no los restos de un circo romano: decenas de tumbas, en su mayoría paganas, fueron descubiertas allí. En la excavación aparece una tumba cavada en la tierra abierta y vacía. Ahora explicaré todo esto que es muy interesante. Una tumba en la tierra abierta y vacía.Constantino da paz a la Iglesia en el año 313 y edifica una serie de templos cristianos. Uno de ellos la Basílica en honor de San Pedro, sobre la tumba de San Pedro. ¿Y cómo Constantino sabía dónde estaba enterrado San Pedro? Hacía muy pocos años que había muerto San Pedro.

Todavía vivían los hijos de los que habían conocido a San Pedro. Todo el mundo sabía donde estaba enterrado. Sobre todo San Silvestre, su sucesor. Las tumbas eran lugares sagrados y muy venerados. Pero además hay una razón clarísima para saber que Constantino levanta su Basílica sobre la tumba de San Pedro, porque la edifica en la ladera de un monte, con un desnivel de once metros. Hubo que hacer un enorme corrimiento de tierras, y entonces no había las máquinas que tenemos hoy.Hubo que hacer un enorme movimiento de tierras, para hacer una gran explanada en la ladera de un monte. Y a los pocos metros tenía la gran explanada del circo de Nerón, que tenía 300 metros de largo por 100 de ancho.Pues si querían levantar una Basílica en honor de San Pedro, ¿por qué no aprovechan la explanada cercana del circo de Nerón, 300 metros de largo por 100 de ancho, y no que hace la explanada en la ladera de un monte? Pues porque ahí estaba la tumba de San Pedro. Y además de las dificultades técnicas que tuvo que resolver para levantar la Basílica en la ladera de un monte, están las dificultades morales y jurídicas. Porque tuvo que sepultar una necrópolis que había llegado a ser una de las más importantes de Roma, y donde estaban enterradas muchas familias ilustres. Menudos problemas con las familias que tenían ahí sus seres queridos. Por lo tanto, la única razón de que Constantino levantara su Basílica en la ladera de un monte, sepultando una necrópolis, con todas las dificultades que suponía, es porque ahí estaba la tumba de San Pedro.En esa tumba abierta y vacía que aparece en la necrópolis debajo del baldaquino de Bernini y la cúpula de Miguel Ángel, se descubren dos cosas muy importantes:

1.-Esa tumba está protegida por unos muros para defenderla de las filtraciones de agua muy frecuentes en esa ladera del monte Vaticano. Las otras tumbas adyacentes no tienen esa protección de muros. Luego la persona que estaba enterrada en esta tumba de tierra era muy importante.

2.-Debió ser una persona muy venerada, porque en esa tumba abierta y vacía aparecen centenares de monedas. Monedas romano-imperiales y monedas medievales de casi toda Europa. Luego esa tumba fue venerada por toda Europa.Por varias razones los investigadores llegan a la conclusión de que es la tumba de San Pedro.
Entonces Pío XII dice en el radiomensaje de Navidad de 1950: «Hemos encontrado la tumba de San Pedro.

Se empieza a descifrar los grafitos que hay en uno de los muros adyacentes a esa tumba. Los grafitos son unas inscripciones hechas con punzón en el enlucido de los muros. Total que llega a la conclusión de que por allí está la tumba de San Pedro. Estos grafitos están en el muro «G», que es un muro blanco. Pero en el adyacente, que es un muro rojo, descifra un grafito que pone: «Pedro está aquí». Pican y descubren un nicho forrado de mármol blanco, y allí unos huesos. Encargan al profesor Venerando Correnti, que es catedrático de Antropología de la Universidad de Palermo, que estudie esos huesos. Y el profesor Correnti llega a esta conclusión: «Aquí hay huesos humanos y huesos de ratón». Un ratón que se coló por una rendija, no pudo salir y se murió allí. Y los huesos humanos, una vez estudiados, reúnen los siguientes datos:

1.-Tienen adherida tierra. En cambio los huesos de ratón estaban limpios. Se analiza la tierra adherida a los huesos humanos y es la misma tierra de la tumba abierta y vacía, identificada como la de San Pedro, mientras que las tumbas colindantes tenían otra clase de tierra.

2.-Esos huesos están coloreados de rojo por haber estado envueltos en un paño de púrpura y oro. Hay hilos de oro y de la tela. Debían ser huesos de una persona muy venerada, pues los envolvieron en un rico paño de púrpura y oro, para guardarlos en ese nicho. Parece que estos huesos fueron retirados de la tumba de tierra y guardados en ese nicho para protegerlos de la humedad de aquel terreno. Este nicho ha permanecido intacto desde Constantino hasta hoy.

Para terminar dejo un fragmento de un video de la BBC, sobre la tumba de San Pedro.

3 comentarios:

Julio dijo...

En mi último viaje a Roma, el cuarto, he tenido la oportunidad de ver en directo las tumbas de los Papas en los sótanos de la Basílica de San Pedro: Juan Pablo II, Pablo VI, etc,... y el lugar donde se guardan los restos de San Pedro, bajo el altar mayor de la Basílica y el impresionante baldaquino de Bernini.
También fui a ver las catacumbas de San Calixto, en los alrededores de la Via Appia, el camino empedrado que unió gran parte del Imperio Romano, desde Roma pasando por Tarragona, Cartagena, Cádiz... Debo decir que las catacumbas son un lugar realmente sobrecogedor, largos pasillos, estrechos, con pequeñas incisiones en las paredes y pequeñas salas donde los primeros cristianos rendían culto a sus muertos. En estas catacumbas fueron enterrados 9 Papas entre los siglos II y IV d.C. y Santa Cecilia, patrona de la música. El fresco y la humedad, junto con la sencillez y significado del lugar merecen una pequeña reflexión.
En realidad no sé dónde puede estar enterrado San Pedro, pero lo que sí sé seguro es que no podría imaginarse que 2000 años después de su muerte, sobre su tumba, crecería uno de los lugares de poder más importantes de todo el mundo.

Anónimo dijo...

Querido Julio, muchas gracias por tus letras, siempre es un placer compartir contigo vivencias, creeme que me acordare mucho de ti cuando estes viendo los inmortales monumentos del antiguo egypto, espero tenerte pronto de regrese en España y poder disfrutar de ti, por cierto me debes un viajecito tu y yo solicos asi que vente pensando el lugar.
Cardiux

Julio dijo...

Lo he dicho ya bastantes veces y es que estoy convencido de que el mundo es el único lugar donde podremos conocernos a nosotros mismos porque estamos hechos de pedacitos de historia, de cosas que ya han pasado y de pequeñas incisiones en las paredes.
El mundo es el único lugar que nos puede conocer porque ha vivido tanto que siempre tendrá una experiencia cercana a nosotros.
No sé si tendré tiempo de verlo entero, creo que no, pero al menos habré recogido bastantes partes de mí mismo.