martes, 30 de enero de 2007

Quisiera que este artículo se leyese más bien como un comentario a la entrada anterior, escrita por Cardiux, que él titula Sueños de ayer. La razón de que el comentario se lo haga en la página principal del blog es porque quería incluir unas imágenes que en la sección real de "Comentarios" no se permite. Y, también, porque me iba a extender un poco más de lo que suele ser un comentario.
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Justo al despedirnos anoche, os dije una frase que recordaba haberle leído a José Saramago: "El destino tiene que dar muchos rodeos para llegar a cualquier parte". Todavía a mi edad (y creo que es una suerte), no soy capaz de apostar por que el destino sea una tontería nuestra, de los hombres, o quizá haya que tomárselo más en serio. Poseo una tesis privada de que las cosas tienen una cierta lógica en su manera de ocurrir. Pero lo que en realidad vale, a fin de cuentas, son las vivencias que nos han sucedido. Y lo cierto es que --como bien decías, Cardiux--, el haberos conocido, todo lo que hicimos y podemos llegar a hacer juntos, son pistas o huellas que conducen al prodigio de teneros por amigos. No sé, ni me importa demasiado, si es consecuencia de una carambola cósmica de pura fortuna o si fue por causa predestinada. Por encima de eso, saber que estáis tan sólo a distancia de una llamada de teléfono, o recordar que muchas de las experiencias que he tenido por primera vez ha sido con vosotros, o tratar de enumerar las sonrisas y carcajadas o los momentos conmovedores que me habéis proporcionado, todo ello hace su mimbre en la conciencia y se convierte en la fórmula tan sencilla como mágica de la felicidad.
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Cardiux, a ti en particular te quiero agradecer que seas parte importante de lo que decías ayer y he reescrito con mis palabras ahora. Al resto de Buscadores no puedo sino incluirlos en el mismo gesto con que os doy mi más ferviente agradecimiento.
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Quisiera, Cardiux, darte también las gracias por los folletos de la exposición Salzillo 2007 que el otro día nos hiciste llegar a las manos. En este artículo me hubiese gustado ponerte por fotografía una virgen que vimos en el altar del Santuario de la Vera Cruz de Caravaca, pero que por el placaje y la furibunda defensa de los derechos de imagen que un bedel nos hizo allí no pudimos hacerte. Te pongo, sin embargo, ésa otra en la que vemos la entrada al recinto fortificado, sobre la que se enseñorea la gran cruz de los cuatro brazos que la leyenda dice dos ángeles hicieron descender desde el empíreo.
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Ah, y perdón por que en la foto salga una manguera verde. Cosas del directo, je, je, je.
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Un abrazo de todo cardiux:


Invenire


1 comentario:

Pandag dijo...

Querido Guille, muchas gracias por tus palabras, me gusto mucho tu frase de José Saramago, creo que dice mucho en muy poco, y eso es lo bonito de las palabras, al igual que tu, mas bien tu si utilizas varias, digamoslo asi, jejejej