martes, 20 de octubre de 2009

Toledo, la ciudad imperial.


Hay ciudades que cautivan por sus gentes, otras que cautivan por sus entornos y otras que sencillamente te dejan ser parte de su historia por unos instantes.

Este año parte de buscadores fuimos a Toledo, sin saber muy bien lo que nos esperaba encontrar aparte de lo leído o visto por Internet.

El Jueves 15 por la tarde noche, después de algo mas de 4 horas y varios intentos de encontrar una autovia que no se ha termina de construir, conseguimos llegar a nuestro destino, dejamos nuestras maletas en el Hostal, y nos fuimos a llevar a cabo la primera toma de contacto con la ciudad eterna.
La tradición de tomar tapas, sin saber muy bien a donde ir no es recomendable, a no ser que estés a dieta, porque se bebe más que se come, y francamente no son ninguna maravilla de tapas.

El viernes por la mañana, mientras esperábamos al 4 miembro de pandag, nuestro querido amigo Ivenire, quiso hacer su propio homenaje a otra ran figura de Toledo, durante una ruta de 8 rincones de la ciudad imperial, fue recitando sonetos del Genial Garcilaso, llevándonos a rincones que de otra manera no hubieran tenido el mismo encanto, la sorpresa vino en la primera parada cerca de Santo Tome y una vez terminado de recitar, el guarda de seguridad de la obra paralela a esta iglesia, se acerco para felicitar a Invenire en su prosa, compartiendo con nosotros una bonita tertulia y convirtiéndose en la primera y quizás la mas emotiva anécdota del viaje que empezaba, no seria la única relacionada con el poeta, desde encontrarnos al cuidador municipal de parques y jardines arreglando primorosamente el jardincito periférico a la escultura del artista y colocándole un ramo de flores a su estatua, a la siguiente acontecida en el interior de la universidad, donde se encuentra la iglesia de San Pedro mártir en su interior, en obras como muchos rincones de Toledo, y teniendo que recitar en la escalera de acceso a la biblioteca.

Ya el sábado con todos los miembros de pandag juntos, llego el turno de las vistas a los rincones mágicos de Toledo, una de nuestras primeras paradas fue el convento de santo Domingo, aquí no se puede hacer fotos y si las haces encárgate de que una monja no aparezca sentada en la sillería estratégicamente para explicarte a la salida de que son ordenes superiores y que no se pueden infligir, eso si después de repetírtelo varias veces te enseñara muy amablemente donde se encuentra el cartel de “no fotos”, que no vises al entrar porque entrantes con los ojos cerrados.
Una vez subsanado el problema de las fotos y la monjita haberte pedido perdón porque era su trabajo, quizás eso fue lo mas emocionante que le paso durante todo el día, llégale momento de ir a la iglesia de Santo Tome, aquí te espera una de las emociones mas fuertes del viaje, el cuadro mas famoso de el Greco, en entierro del Conde de Orgaz, si te queda aliento para hablar podrás analizar esa magna obra en todo su esplendor, y si no puedes gesticular palabra no pasara nada, todo el mundo te entenderá lo pequeño que te sientes ante semejante obra, pero no te equivoques, lo cierto y verdad es que las palabras sobran, solo deja que tus ojos y la magia del momento hagan el resto.

Aquel iluso que dijo que Toledo se ve en 2 días, seguramente no salio del Hotel, si no se acordaría de las cuestas adoquinadas con cantos rodados, que se te clavan en el alma, pero que hacen que todo merezca mucho mas el esfuerzo, No puedo resumir en unas líneas un viaje de obligatorio hacer, pero eso si, recomiendo a quien lea estas líneas, que si tiene intención de ir a Toledo, se valla previsto de unas buenas deportivas de suela gorda, y confirme en turismo que en los próximos 1.000 años no van a beatificar a ninguna cardenal en la catedral.

Con estas dos sencillas cuestiones resueltas, Toledo te dejara ser por unos días parte de su historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Imagino que habría tantos adoquines en Toledo como comas en tu artículo... Iré cuando pueda....


SANTICOS