jueves, 18 de octubre de 2007

La ciudad infinita...


Florencia

He tenido la sensación de estar unos días en un escenario vivo, en el que el actor principal era un tremendo edificio de mármol coloreado. El Duomo lo domina todo, aunque estés en algún lugar de la ciudad donde no puedas verlo, se siente y tienes la seguridad que al volver alguna de las esquinas que te rodean, aparecerá su silueta esbelta y altiva, sabiéndose el protagonista de la ciudad. Florencia es una obra que no acaba, una novela que comienza en el final, y como tal esta repleta de otros grandes actores. Tenemos la plaza de la Señoría, plagada de esculturas que a su vez nos cuentan historias independientes, y el puente Vecchio que hace que te olvides que es un puente robándole todo el protagonismo al sinuoso Arno. Esto es solo una pequeña parte de la ciudad, Florencia no es unidimensional, ni tan siquiera tridimensional, es una esfera como su cúpula, que en el lugar en el que estés te encuentras algo único, arriba en lo alto de su cúpula con vistas impresionantes, o a ras de suelo paseando entre adoquines grabados con rostros de gente como Dante.


DARDO.

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